domingo, 5 de octubre de 2014

Un viaje a la India


Si no te mueres, aprendes...


Este libro me ha transportado, como a lomos de un elefante, inclinándome hacia un lado o hacia el otro, desde el lejano verano con sus rayos altos y amarillos hasta este primer otoño de destellos suaves sobre los madroños...

Esta joya es una proeza de metaodiseas. Tavares escribe a la manera de Homero en cantos y largos versículos, como reflexiones hondas y pesares lentos, el viaje de un  Bloom (guiño que hiciera Joyce, en el xx, del Ulises homérico) portugués, cuya epopeya comienza con el toque de tragedia inevitablemente griego: su padre mata a la  amada de su hijo, Bloom, porque es de una clase social inferior; por la misma inevitabilidad del pathos, Bloom tendrá que matar a su propio padre para vengarla...Y ya está servido el pretexto de un viaje en pesar y soledad con toda la Literatura a cuestas...

El periplo de Bloom, como aquel de Ulises/Odiseo es un encuentro constante con las diferentes maneras en que los hombres versionan su maldad. De los asesinos frustrados de los que escapa en Londres, pasa a la amistad escuchadora de su camarada parisino, recorre velozmente Viena y Praga y llega a la India, cuya meta era encontrar refugio espiritual para tanto dolor sin sustituto.¿Por qué practicamos hoy en Occidente yoga y meditamos en huidas que quieren ser estancias tranquilas?


Allí le esperará un maestro espiritual, Shankra, que se quiere adueñar del tesoro que porta Bloom en su maleta: dos joyas bibliográficas que le acompañan las Cartas a Lucilio de Séneca y el teatro de Sófocles, que le sustentarán en todo su camino; o, si se quiere, un destino estoico cuando menos y trágico, cuando más, adheridos como una segunda piel...

De los intentos frustrados de robo y expolio, de las muertes acaecidas en el viaje, de las numerosas veces que Bloom salva su vida para entregarla a un sufrimiento lento y peor como una distancia interminable, no merece la pena hablar tanto, como de la Europa despojada de espíritu,  en unos tiempos actuales, que necesitan de una mística,  ya perdida,  en otros tiempos barrocos, y que, una vez llegados a la cuna del Ganges, depósito de otra trascendencia, sólo será válido quedarse con el Mahabharata, pues los maestros aparentes son los mismos perros con otros collares...

Sin meta, ni espíritu, sin consuelo ni sabiduría...¿dónde cabe dirigirse? Quizá tan solo volver a los  libros, como compañía valiosísima y a los amigos,como afecto sincero. Junto a Anish viajará, de vuelta a Lisboa , y parará en París, donde Jean le espera, así como la última curva de su destino...Una vuelta de tuerca que le llevará en tren a Lisboa con una vida irrecuperable por detrás y hacia un  adelante nihilista.

He viajado con este libro: he trepado por los versículos subrayados y me he ahogado en las sentencias mutiladas. Hondamente filosófico, como no podía ser de otra manera, viniendo de tales veneros...Una vida en la que el amor es teñido de sangre, en la que se mata nietszcheanamente al padre, sin religión, ni espíritu, sin meta y con un destino circular, condenado a una repetición de odiseas sin fin, del verso a la prosa y de esta, a la proeza nostálgica de una inmensidad de pesares, como pessoas, del pathos a la nostalgia portuguesa...

En todo el mundo, el mundo es mundo...repugnante y, a la vez, una obra maestra.

1 comentario:

  1. Viajar en la India en invierno es realmente agradable Personalmente creo. Gran colección, realmente muy interesante. Ver viaje a la India desde Colombia .

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