Todo giro es un cambio. A veces, sobre lo mismo y teniendo las mismas piezas delante, es un movimiento de imaginación.Estaríamos ante una especie de re-vuelta.
Querer algo y que se haga propicio. Decirse adelante asumiendo riesgos. Decir que sí atisbando las desventajas, pero subiéndose a lo nuevo. Probar, experimentar, conocer, crecer y luego, si acaso, contar; o no.
Porque hacer lo mismo, rendirse a la rutina, abandonarse a la piltra de los papeles amarillos y de la vida, y tener como reto la búsqueda de la ventaja mayor es morirse de estatismo crónico.
Otra cosa, es el que pega la vuelta y, al grito callado de la conciencia, se pone el pañuelo de pirata y da un giro copernicano; o nietzscheano; o lingüístico...El caso es no parar de bailar, aunque se cambie de ritmo...
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