viernes, 22 de febrero de 2013

En la casa

A Marisa Bueno con placer.


   Hace ya tiempo que vi esta película. Me he resistido a reseñarla, quizá por las mismas razones, por las que intentaré extraerla de mí.  Razones próximas y prójimas en las que no entraré. Pero ya escuece. Hágase el análisis. ¡Manifiéstate y sal!

   Me parece un auténtico metarrelato más allá del eclecticismo de guiños culturales aquí o allá. Una obra maestra que lleva al cine François Ozon, a partir del guión madrileño de Juan Mayorga. Una vuelta de tuerca más atrás...hacia el Realismo, hacia la Francia más doméstica, madura y  clásica. Un auténtico homenaje a la Literatura, hogar seguro de todo naúfrago vital. De todo solitario a la deriva. Cuando no quede nada, ahí estará la Imaginación produciendo siempre lo Mismo, como si fuera nuevo...
Aparentemente, la sinopsis puede parecer sencilla: En el instituto Gustave Flaubert, un profesor de Literatura se queda impresionado ante una redacción brillante de Claude, alumno desarraigado, que busca un hogar literario en la casa ajena. Se trata del relato más o menos realista del ámbito doméstico de Raph, un compañero suyo de clase. El anzuelo está echado: la verosimilitud es cebo seguro y el gusanillo folletinesco como técnica literaria del continuará surte efecto en el profesor, que se convertirá en lector voraz, ayuno de motivación en su vida rutinaria y escritor frustrado, que revive ante tal transfusión de novela clásicamente francesa en una Francia de crisis económica, cultural y caótica, como toda Europa.

   Que el instituto se llame Gustave Flaubert no hace sino sugerir la magistral Madame Bovary y el aburrimiento de la mujer casada y madura en el esplendor sexual de su medianía y con esa valentía atractiva de quien sabe que está en el atardecer de su aurora. Claude, el chaval que no tiene nada, sabe observar y valorar todo esto y para seguir esclavizando a su profesor, como un Scherezade masculino, se adentra en la casa de la familia de Raph,  para tomar apuntes del natural como un Zolà contemporáneo.

   Germaine, la esposa del profesor, rechazaba inicialmente la indiscreción, pero pronto se ve atrapada, como una lectora de novela folletinesca en la misma avidez que su esposo. Para evidenciar el aburrimiento de su vida conyugal, se ofrece el retrato de ambos leyendo por la noche en la cama los relatos y proponiendo soluciones distintas... Da la sensación de que Germaine está en otra honda, pues trabaja en una galería de arte contemporáneo, a punto de quebrar. Parece que toda suerte de Realismo nos remite al xix flaubertiano, pero, hete aquí que las dueñas son gemelas, seres replicados, que expone muñecas imitadas y copiadas por una China reproductora sin límite y que sus salas de arte moderno muestran la realidad hasta la saciedad, buscando en fotografías, pequeñísimas diferencias aleatorias...En este vértigo de realismo, realidad, reproducción, fotografía... parece extraño que uno no se pueda perder ante tanta evidencia...¡Increíble, la galería se llama El laberinto del Minotauro! Tanto simbolismo se sucede de manera tan despiadada...De lo imitativo clásico hemos pasado a la mímesis de lo actual...

   Por otra parte, se ofrece una aparente contradicción, Claude, el alumno-escritor se introduce en la casa de su compañero Raph, so pretexto de explicarle Matemáticas, como si fuera algo muy distinto de la Literatura. Sin embargo, Claude es un genio de los números imaginarios, porque la clave está, como sus relatos realistas, en que no se desarrollan en otro eje de coordenadas, sino ¡en el mismo plano!

   Un corazón semiótico, como el mío, está al borde de la taquicardia ante tanta coincidencia, ante tanta maestría de subrayados y sinonimias exquisitas...

   Que luego, se sucedan recursos cinemátográficos del tipo Woody Allen, en los que el profesor y su alumno se metan en el relato y modifiquen, como en directo, diversos finales es muy de esperar, que las irrupciones o las voces de los protagonistas en los diversos planos de Realidad y Ficción se alternen, pues va de soi...y que todo presagie la venganza del personaje (Raph) sobre el autor (profesor), ... es un asunto de genética literaria (Niebla de Unamuno o Seis personajes en busca de autor de Pirandello).

   La mujer madura...Esther, madre sensual de Raph, la madre que no tiene el alumno sin hogar, Claude,  y que le ofrece amorosamente pan con chocolate, una infancia dulce que se va o un bocado erótico audaz como posibilidad adolescente...Esa mujer madura aquejada de dolor de espalda, como esa Francia actual mediocre, envuelta en una crisis económica, que aqueja a la clase media, auténtica columna vertebral de una Francia desamparada. La mujer madura, Germaine, esposa de un profesor al que abandona, al caer en la trampa malvada del alumno adiestrado en las lecturas, que el profesor le ofrece (Tolstoi, Dovstoievski...) y que cae fulminada ante el último ingrediente de la novela de adulterio: la esterilidad... De tal forma, que conocida su carencia, la paciente Germaine, monta en cólera y se va al no poder mirarse en su espejo...La vida, que el profesor enseña al terrible Claude....y que este le devuelve en una lupa de aumento...

   La peripecia continúa: el profesor roba (un examen para poder seguir leyendo; de nuevo, la copia), es despedido, abandonado y cuando ya, trastornado y recluido en lo que parece un asilo psiquiátrico, recibe la visita de su enemigo natural, todo se envuelve en un dramatismo tierno.

   El lector es esclavo del autor, pero este le necesita para vivir. Se necesitan recíprocamente. Esto es la Literatura. Las últimas escenas, que nos recuerdan La ventana indiscreta de Hitchcok, cuando ambos, desde un banco relatan (¡oh, Forrest Gump!) los diálogos posibles de los personajes de las terrazas y ventanas de las casas de enfrente, nos deshacen emotivamente, al recordarnos a otra pareja dialogante y abocada a la locura asimilada y adoptada:   Don Quijote y Sancho.

Pura Literatura.  Y yo, embrujada.

2 comentarios:

  1. Por fin tengo un amago de ejercicio de morfología para tus alumnos/as, que puedes utilizar, modificar o desechar a tu gusto pero aún no está terminado ni hilado como es debido. Cuando lo tenga listo (probablemente el domingo), te lo dejaré en el correo de profe.

    Besos,

    Blanca

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