jueves, 19 de abril de 2012

Oráculo de Tetuán

   Mi compañero de piso y yo veníamos de una buena caminata animada por un cafetito con churros y porras. Era la víspera de mi cumpleaños y, al regresar, nos topamos con el oráculo de Tetuán, que así nos habló.

   Tuve que girar al conservar esta máxima de sabiduría,  para no sacar el carrito de la barrendera. Al borde de la quiebra material y espiritual, Grecia está donde se sabe mirar.

   En la calle misma. Un regalazo.

sábado, 14 de abril de 2012

La Regenta en el teatro Canal o El ángel caído.




   La Regenta de Clarín es una obra que tengo muy leída y manoseada, como preferida sin pérdida lastrada por los años. Mi gran frustración, como profesora, es que no lograba convencer a los alumnos de mi pasión al tener que enfrentarse a un tocho con grandísimas descripciones. Hoy no van los tiempos por ahí.

jueves, 12 de abril de 2012

Bagdad Café.



   Me dice una amiga que, por esta época, las gatas se solidarizan y cuidan y amamantan distintas camadas, mientras se turnan en su tarea de caza y captura. Es increíble la solidaridad femenina, tan comprensiva en algunos casos.

   Estos días atrás he saboreado esta  vieja película alemana de los ochenta sobre dos mujeres de muy mediana edad, esa periferia sobre los cincuenta años, que se encuentran en un escenario inusual y tras establecer una brecha en sus vidas.

sábado, 7 de abril de 2012

Mujer leyendo con gato, Will Barnet

   En un triángulo casi equilátero  y divino estaban confluyendo diversas cálidas alegrías.

    Ella estaba devorando El eterno marido de Dovstoiesky, a la que había acudido por el amargo placer que le otorgó Felicidad conyugal de Tolstoi.

    Mientras su mente analizaba cada detalle, en su boca se deshacía una gominola detrás de otra, que dejaba subsumir para no engordar tanto.
   El placer se completaba oliendo el aroma delicado de su crema nutritiva de noche.
   Los pies se movían gozosos al tocar la dureza limpia del algodón de las sábanas.

lunes, 2 de abril de 2012

Vidas al servicio de los demás.

   Mi compañera Nieves es esa rubia, cuyo cumpleaños ayer le ha regalado su jubilación. En septiembre, cumpliría cuarenta años como profesora de Geografía e Historia. Su vida: alumnos, compañerismo, una familia, circunstancias duras y la alegría actual de sus nietos.

   Pero a Nieves, la vida le gusta mucho y se afana, se supera y aquí la tenemos, que lo mismo se hace un Catmandú o un Nepal con César Pérez de Tudela. En la montaña o en los tribunales, que, para eso, también es abogada como él.

domingo, 1 de abril de 2012

Hopper, Habitación de hotel, 1931.



   En un hotel, absolutamente sola y desnuda. No ha podido ni deshacer el equipaje ni colocar las faldas en las perchas. No tiene ninguna prisa. Es su tiempo.

   Silencio y deleite. Despojada de las medias, la piel respira. Los recuerdos silabean líneas entre las páginas. A veces, se trata de pasajes no vividos, pero con los que está conforme.

   Ensimismada.

   Lo bueno de la vida, es que, a medida que pasa inexorablemente, se va comprendiendo. Ella misma y casi todo lo demás.

    En el fondo, es sencillo: luz y silencio.