Hace ya una semana que asistí a esta representación, en el Taca de Alcobendas, que tanto disfruté, pero oigo voces en mi interior, que hacen que me detenga un momento a escribir sobre ella.
Aparentemente, es una disparatada comedia en torno a dos mujeres empeñadas en casarse con un hombre que se llame Ernesto, por el efecto que crea este nombre en ellas. Hasta tal punto, que los prometidos en cuestión y por amor a ellas, estarán dispuestos a re-bautizarse.
Por otra, hay un enredo (entre otros) sobre la disparatada confusión de una niñera, posterior institutriz, que confunde un bebé con el manuscrito de su novela y olvida al infante en la estación Victoria de Londres...(escenario sobre el viaje como metáfora de la vida, que ya viene desde Ulises... a las road movies)
Parece que la risa y el lío están asegurados ya de antemano, pero no todo es delirante y deliciosa comedia, sino una reflexión sobre la Belleza y el efecto que ejerce sobre nosotros.