Todavía tengo un nudo en el estómago después de haberme visto ayer por la tarde el último episodio de esta serie televisiva, que me he dosificado desde el primer momento, cuando fui consciente de que estaba viendo algo grande...
Desde hace dos meses, he saboreado un guión buenísimo en el que los silencios eran tan impactantes, como lo medio dicho o los parlamentos geniales de Rust de los que tomaba nota rápida en mi móvil (Nothing is ever over, What´s happen between men and women? Reality...)
Desde el principio, me han enganchado esos dos tipos humanos tan distintos entre sí y condenados a entenderse por caminos y autopistas rurales, para, al final, comprenderse.