Las alumnas me crecen.
Y se hacen, no mayores, sino grandes por sí mismas.
Y vuelan alto, pero se acuerdan de mí: bajan un tanto la altura de su planeo
y se posan en mi alfeizar para avisarme: "Mira lo que hago"...
Mi querida Regina Artero, alumna de Filosofía, se ha convertido en Compositora de Música...
Sabe poner ya sonido a los sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario