Luis Camnitzer se encuentra en estos momentos en el Reina Sofía en un rincón de acceso laberíntico. Hay que querer ir, para encontrarlo en su Hospicio de utopías fallidas.
No es apto para mentes conservadoras de barrotes clásicos. Pero si tienes poesía en cada carcajada , adivinanza en cada esperanza y misterio en cada duda, en esta exposición la mirada se refresca cuando el receptor puede ser artista y cuando el agua cristalina del lenguaje, ¡bendito caudal!, se torna obra de arte con tantos decires en su dicho.
Si eres un homo ludens,y, a la vez te duele el mundo que sufre o todavía crees en el poder salvador del ángel de la educación, encontrarás una exposición que aúna lo conceptual y lo comprometido con aroma sesentero: denuncia social y sorpresa lingüística. No hay jerigonza de posmodernidad frígida.Se sale con la muestra dentro...
Tuve la oportunidad de ver la exposición el pasado fin de semana junto a una persona muy especial y coincido: "se sale con la muestra dentro", invita a la reflexión . No soy muy amante del arte conceptual, pero me encantó desde la primera obra expuesta.
ResponderEliminarQuedar encantado desde el principio es dejarse hechizar por otra mirada.Y coincidir es admirar conjuntamente.¡Qué suerte tiene el Arte de tenerte como compañero y como artífice!Disfruta de más oportunidades, Javier.
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